El pasado 3 de febrero se clausuró en el arzobispado de Madrid el proceso diocesano de las Concepcionistas de Escalona que murieron durante la persecución religiosa en el año 1936.
Las Siervas de Dios sor María de San José Ytoiz, abadesa de la Comunidad de Escalona desde 1911 y su Vicaria, sor Asunción Pascual Nieto, son dos de las mártires que pertenecen a este grupo de 14 religiosas de las Concepcionistas Franciscanas (más 10 de la comunidad de Las Rozas y dos de El Pardo).
Según testigos el 28 de julio de 1936 las monjas que formaban la comunidad en Escalona fueron obligadas a abandonar su monasterio. Recogidas en diversos domicilios de Escalona, durante el primer día fueron visitadas y confortadas espiritualmente por su capellán, el Siervo de Dios Teógenes Díaz-Corralejo Fernández, natural de Lucillos, que también sería asesinado junto al párroco dos días después.
En Madrid
El 16 de septiembre trasladaron a todas las religiosas a la Comandancia de Escalona donde fueron interrogadas y presionadas para abandonar la vida religiosa.
Ante la resistencia de las monjas, son conducidas a la Dirección General de Seguridad en Madrid. Dos días después son llevadas a la cárcel habilitada en un convento de Capuchinas. Al finalizar la contienda toda la Comunidad regresaría a Escalona, a excepción de sor María de San José y sor Asunción.
Un testimonio valiosísimo declara que separadas, sin saber el motivo, del resto del grupo fueron conducidas a una checa. Sabedor de lo sucedido, y como él pasaba temporadas en Madrid, las buscó, las reconoció a pesar de que iban vestidas con ropa seglar, y conversó con ellas, alegrándose mutuamente. Uno de los días que acudió a su encuentro, contempló los cuerpos de las religiosas que habían sido fusiladas. Eran los últimos días del mes de octubre de 1936.
Tras el trabajo de las actuales monjas y del vicepostulador el P. Raineiro García, capuchino, presidiendo el Tribunal en nombre del Cardenal de Madrid, don Ricardo Quintana Bescos, Delegado Episcopal para las Causas de los Santos, se ha concluido la fase diocesana.
JORGE LÓPEZ TEULÓN
