outubro 28, 2012

iglesia del convento de Concepcionistas Recoletas - Navarra (ES)

iglesia del convento de Concepcionistas Recoletas
Tafalla
merindad de Olite
Navarra

iglesia del convento de Concepcionistas Recoletas
Carlos Martín de Mencos y Arbizu fundó en 1667 un convento de Concepcionistas Franciscanas - comúnmente denominado de Recoletas - para cumplir la disposición testamentaria de su esposa María Turrillos Hebra. Para el emplazamiento del convento eligió el fundador un solar cercano al convento de San Sebastián y limítrofe con su palacio (de Mencos o de los condes de Guendulain) con el que todavía se comunica por una monumental arcada de ladrillo sobre la carretera. Las sepulturas de ambos patronos todavía se conservan en lugar preferente de la iglesia, como se indica más abajo.
La iglesia sigue modelos conventuales barrocos, tiene planta de cruz latina con nave única de tres tramos más un amplio crucero de brazos y cabecera rectos y coro alto a los pies sobre el pórtico y el último tramo de la nave. Todo el espacio se cubre por bóvedas de cañón con lunetos separadas por arcos fajones de medio punto sobre delgadas pilastras de capiteles moldurados. Sobre el tramo central del crucero voltea una cúpula de media naranja sobre pechinas, cuyo tambor, reducido a un anillo moldurado, culmina en una balaustrada. Los escudos de Mencos pintados en las pechinas son modernos.
fachada de estilo conventual
convento y palacio de sus patrones Mencos
hornacina en fachada con escultura de la Inmaculada
Al exterior destaca una monumental fachada de considerables dimensiones con tres calles y aletones laterales planos enlazando los cuerpos. En el primer nivel, las calles extremas presentan puertas rectas entre pilastrillas cajadas que culminan en frontón curvo y dintel superior. El lienzo central es de doble anchura que las calles laterales y comprende tres arcos de medio punto sobre potentes pilares, sirviendo el central de puerta de ingreso. Sobre este arco central se abre una hornacina entre pilastras culminada en frontón curvo que cobija una escultura de piedra de la Inmaculada, de estilo barroco, de finales del siglo XVII. Dos escudos gemelos de principios del XVIII campean a ambos lados de la hornacina.
vista trasera con arcada de comunicación con el palacio de los patrones Mencos
Las dependencias del convento se organizan en torno a un gran patio cuadrado y se muestran hacia el exterior como un cuerpo horizontal adosado a la iglesia por el lado del Evangelio. El patio se estructura en dos pisos de sillarejo en los que se abren hileras de ventanas rectas, con marcos de orejetas. Sobre el segundo nivel en la solana se alza una galería de arcos de ladrillo articulada por pilastras. Detrás del claustro se localiza la huerta que llegaba hasta las proximidades del antiguo convento de San Sebastián.
El edificio es propiedad municipal desde el verano de 2004. En el presbiterio de la iglesia, hasta el mes de febrero de 2005, lució una de las más relevantes obras del manierismo navarro: el retablo mayor de los artistas flamencos Rolan de Mois y Pablo Ezchepers, armoniosa combinación de pintura y escultura. El 9 de noviembre de 2005, la Comunidad Religiosa del Convento de Concepcionistas Recoletas, propietaria del retablo, firmó la escritura de cesión de uso a precario de la obra artística a la ciudad de Tafalla.
El retablo ha sido instalado en la iglesia de San Pedro.
retablo mayor en el Convento
antes de su traslado a la iglesia San Pedro
plano del retablo mayor
El retablo procede del monasterio de Santa María la Real de la Oliva (Carcastillo, merindad de Tudela). Fue un encargo que los monjes realizaron a los artistas flamencos en 1571. Estos pintores flamencos habían sido traídos de Bruselas por el duque de Villahermosa al volver éste de la celebración de las honras fúnebres del emperador Carlos V (1558). D. Joaquín Ignacio Mencos, conde de Guendulain (1799-1882) lo adquirió tras la desamortización llevada a cabo por los regímenes centralistas en el siglo XIX, llegando a Tafalla en el año 1858, el mismo año en que el citado Conde asumió el ministerio de Fomento en el gobierno de la Nación. Su iconografía representa la Asunción de la Virgen, el Nacimiento de Jesús, la Adoración de los Magos y la Coronación de la Virgen, flanqueada por San Benito y San Bernardo.
La mazonería del retablo, probablemente salida de talleres aragoneses, presenta una traza monumental, arquitectónica y esbelta. El alto banco engloba las dos puertas laterales (nº 1 en plano del retablo) con arcos de medio punto que servían de acceso a la sacristía en el Convento. Estas puertas albergan las efigies de San Pedro y San Pablo. En los frentes de los netos del banco (2) se representa a los Evangelistas, San Juan, San Lucas, San Marcos y San Mateo. En la puerta del sagrario aparece (3) Cristo Resucitado a quien flanquean (4) los cuatro Padres de la Iglesia, San Jerónimo y San Gregorio, de una parte, y San Ambrosio y San Agustín, de la otra. El retablo consta de tres calles, la central en forma de caja recta (5) y las laterales (6)(7) con arcos de medio punto. Las tres gandes composiciones de pintura del cuerpo del retablo son de excelente y uniforme calidad, en contraste con la pinturas del ático que muestran una técnica más torpe. Es magnífica la escena central (5) de la Asunción de la Virgen entre un coro de angelillos desnudos y de ángeles mancebos que separan las nubes mientras a nivel de tierra los Apóstoles contemplan sorprendidos el hecho milagroso. La composición general recuerda al Tiziano de la basílica de Santa María Gloriosa dei Frari en Venecia. Muy elaboradas son también las tablas laterales de la Epifanía (6) y el Nacimiento (7), ambas de gran aparato de personajes.
El triple ático mantiene abundantes resabios platerescos. Incluye las pinturas de la Coronación en el óvalo central (8) y San Bernardo (9) y San Benito (10) arrodillados ante un fondo de paisaje en las laterales.
En el muro extremo del brazo del crucero, del lado del Evangelio, se adosa un aparatoso y fastuoso sepulcro de los fundadores que recoge el modelo de arcosolio renacentista, aunque interpretado con un lenguage barroco algo ampuloso. En el basamento se repiten las armas del linaje de los Mencos con una detallada leyenda. Sobre este pedestal se alza un gran arco entre pilastras con relieves de guerreros y bajo importantes cortinajes recogidos por desnudos infantiles que dejan ver en la clave un escudo donde se repite el primer cuartel del de Mencos. El fondo de la hornacina se decora con trofeos militares - banderas, armas y barcos - aludiendo a la actividad del fundador, cuya efigie arrodillada y en actitud orante, junto con la de su esposa, y entre dos leones, se reproduce de bulto en el espacio central de la hornacina. Ambos personajes aparecen ricamente ataviados sobre cojines y ante un reclinatorio en forma de águila cubierto por rico paño. En él descansan el sable, bastón de mando y el sombrero, atributos de la condición del fundador don Carlos Martín de Mencos y Arbizu.
sepulcro de los fundadores
Próximo al sepulcro, siempre en el lado del Evangelio, en el muro frontal del brazo del crucero, se encuentra un retablo neoclásico de la Inmaculada, del siglo XIX. Su imaginería es moderna, salvo las tallas de Santa Rosa de Viterbo y el Santo Obispo del ático, ambas del siglo XVIII.
En el lado de la Epístola, los retablos de San Miguel (neoclásico, de principios del siglo XIX, idéntico a su colateral simétrico de la Inmaculada, con las tallas dieciochescas de San Miguel entre las de San Francisco y San Antonio, y en el ático Santa Bárbara) y de la Dolorosa (también neoclásico, del siglo XIX, con policromía imitando mármoles, albergando en la hornacina una imagen de candelero de la Dolorosa, contemporánea de la mazonería, y en el ático un relieve barroco de la Huída a Egipto).
Niño Jesús de Praga
En la sacristía se conservaba un lienzo de calidad de la Anunciación, de principios del siglo XVII y otro de la Inmaculada Concepción, de la segunda mitad del mismo siglo. También se conservaba una talla romanista de Cristo Crucificado, de la primera mitad del siglo XVII.
En la orfebrería conservada se incluyen tres cálices: uno dorado con traza purista propia de la primera mitad del s. XVII, sin decoración; otro, también de plata dorada, siguiendo modelos del Bajo Renacimiento; el tercer cáliz es de finales del siglo XVIII. Se conservan también: incensario de traza manierista, naveta neoclásica y dos ostensorios del siglo XVII, uno de plata dorada con nudo en forma de piña y el otro - procedente del convento de San Sebastián de Tafalla - de plata, fechado en 1698.
En una segunda sacristía se conservaba un lienzo de la Flagelación del siglo XVII y otro de las Animas, de menor calidad. En una próxima dependencia se localizaba un lienzo de la Inmaculada del siglo XVII.
En el coro bajo se encontraba un buen lienzo de la Inmaculada de mediados del siglo XVII, otro de la Oración en el Huerto del mismo siglo y una pequeña talla de Cristo Crucificado de estilo romanista tardío.
En el claustro bajo se adosaba a una pared un gran lienzo con la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago, de la primera mitad del siglo XVII, procedente del convento de San Sebastián de Tafalla.
En la portería se podía ver la talla barroca con policromía de origen de San Bernardino de Siena, del siglo XVIII, y el lienzo de la Virgen de Guadalupe del siglo XVII.
En la biblioteca estaban los lienzos del siglo XVII de Santa Teresa (de origen mejicano), la Virgen de Belén y el Salvador, así como la talla de San Francisco de Asís recibiendo los estigmas, de estilo romanista, de principios del siglo XVII. La talla de San Miguel corresponde al siglo XVIII.
En los muros de las crujías del claustro alto se localizaban, entre otros, un conjunto de pinturas sobre lienzo de la segunda mitad del siglo XVII que reproducen medias figuras del apostolado más el Salvador, uno de San Buenaventura y otro de Santo Tomás de Aquino, todos ellos de estilo barroco. Debe destacarse un lienzo de calidad de la Huída a Egipto, de la escuela madrileña. No faltaban en estos muros lienzos de origen mejicano. También se encontraban diversas esculturas barrocas de variada cronología y procedencia, así como otras de marfil de origen filipino.
En el coro alto se conservaba una talla de Cristo Crucificado expirante, de origen filipino, labrada en marfil en el siglo XVII y un lienzo de Cristo muerto entre María y la Magdalena, de la segunda mitad del siglo XVII. De fines de este siglo es una sillería barroca compuesta por 29 asientos con aparatosos remates, presentando la silla abacial una gran hornacina entre hojarasca.

Avé Maria Puríssima !

Santa Beatriz da Silva

As Irmãs a seguir

Campo Maior - Portugal

Espanha - Galeria _ Fed. Sta María de Guadalupe

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Brasil - Galeria _ Fed. Imaculada Conceição

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