dezembro 10, 2012

Un aguinaldo “inesperado”

 

El Ayuntamiento cumple una tradición de siglos y entrega 540 euros a las monjas Concepcionistas, que no esperaban este aguinaldo por la crisis y tras el incendio del edificio de Ordoño II

 

El alcalde de León entrega el aguinaldo a la madre abadesa.

 

El alcalde de León entrega el aguinaldo a la madre abadesa.

Quizá con más ilusión y sorpresa que nunca, las monjas Concepcionistas han recibido este sábado el aguinaldo que, como cada año, el Ayuntamiento de León les ofrece. En un sobre, como es tradición, el alcalde de la ciudad, Emilio Gutiérrez, ha concedido a las monjas 540 euros, la misma cantidad que reciben desde el año 2010, cuando la crisis provocó un recorte del 40% en esa cantidad.

Sin embargo, las hermanas han mostrado cierta sorpresa cuando Gutiérrez alargó el brazo a través de la celosía que guarda su clausura para entregarles el sobre. “Pensábamos que este año no traían nada, con la crisis que hay… y encima después del incendio en el Ayuntamiento”, ha confesado la madre abadesa, sor Beatriz.

Pero el Consistorio ha podido cumplir, a pesar de las circunstancias, con una tradición que se remonta varios siglos atrás. Una forma de festejar este día de la Inmaculada, uno de los actos “más arraigados en la tradición católica”, según ha comentado el regidor, quien ha puesto de manifiesto la “estrecha relación” entre este monasterio y el Ayuntamiento.

Fue en el año 1656 cuando el Ayuntamiento de León acudió oficialmente por primera vez al convento institucionalizando la visita el día de Nuestra Señora de la Concepción. A partir de 1668, cuando al recoger una invitación del Cabildo el Ayuntamiento acude el 8 de diciembre a la Catedral, posterga para el domingo siguiente, salvo excepciones, la visita al convento femenino, al cual se ofrecía habitualmente cera, que podía ser sustituida por una limosna en metálico. Esta limosna ha ido variando con los años. Desde 1952, la festividad vuelve a celebrarse el día 8 de diciembre.

La Corporación Municipal de León cumplió además con la tradición del canto a la Salve que se lleva a cabo cada 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, frente a la hornacina que acoge una imagen de la Virgen en las inmediaciones de las escalerillas de la Plaza Mayor de la capital. El origen del ritual se sitúa en el siglo XVII por ser León la primera ciudad de España que declaró la Inmaculada Concepción de la Virgen.

El Consistorio leonés acudió además al Bar Benito, ubicado junto a las escalerillas, y donde los asistentes al canto suelen tomar un refrigerio tras la ceremonia.

Avé Maria Puríssima !

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