Los yeclanos despiden con emoción a las monjas concepcionistas 'encerrás'
Durante casi siglo y medio han vivido en el monasterio del Camino Real, hasta su adiós por la falta de vocaciones
Los ciudadanos del municipio y la Iglesia Diocesana, en su conjunto, representada por el Obispo de Cartagena, despidieron a las monjas de la Orden de la Inmaculada Concepción, a las que popularmente se les conoce como las monjas 'encerrás'. La falta de vocaciones ha propiciado su salida y la imposibilidad de hacerse cargo del monasterio del Camino Real, que ha sido su hogar desde 1875, casi siglo y medio.
Monseñor José Manuel Lorca Planes presidió este lunes la eucaristía de despedida en la iglesia del monasterio. En la misma dio las gracias a Dios por los frutos del paso de las concepcionistas por Yecla y animó a las religiosas a permanecer fieles a Dios en sus nuevos destinos».
La madre abadesa, Sor Concepción Gómez Fernández, natural de la pedanía de Ribera de Molina, lleva toda su vida contemplativa en la localidad del Altiplano y tiene una idea muy clara de lo que ocurre: «únicamente pasa que las chicas no se deciden por consagrarse a Dios para siempre, porque no saben lo que es eso. Hemos quedado cuatro hermanas solo y para que la comunidad pueda tener su vida de consagración a Dios hemos decidido, con mucho dolor, trasladarnos a otro monasterio de hermanas concepcionistas».
Sor Concepción y las hermanas de la congregación, María Catalina Mendiola, Maribel Acuña y Marisol Hernández (que hace unos días que ya se marchó), tomaron la decisión después de tres años de rezar por esta causa, sufrir mucho y resistirse a abandonar el monasterio, «no queríamos dar el paso, pero tampoco queríamos ser testarudas y no aceptar la voluntad de Dios. Lo dijimos a nuestra madre presidenta, que ahora reside en el convento fundacional en Toledo, para saber por dónde teníamos que empezar este traslado».
Sor Concepción, que lleva 70 años entre los muros del convento yeclano, asegura que si tuviera que volver a elegir una vida religiosa «volvería a vivir en la clausura monástica y contemplativa». La madre abadesa recuerda que «al principio era muy distinto y el Concilio Vaticano II dio mucha luz para cumplir con el carisma fundacional de dedicación a la oración contemplativa y al servicio de Jesucristo, imitando su humildad y su amor a los hermanos».
Trabajo en textil y aparado
Además, indica que en la época que llegó a Yecla, las monjas se dedicaban a bordar, trabajos magníficos en casullas y ropa litúrgica, preciosos ajuares, mantelerías y juegos de cama, refajos de labradora para las Fiestas de San Isidro, «después fuimos aparadoras de zapatos, cosimos vestidos de muñecas y durante diez años, hicimos la comida para los niños de la guardería que estaba anexa al convento..., han sido tantos años que hemos hecho casi de todo».
Tan afamados como sus bordados eran los exquisitos trabajos de encuadernación, así como la elaboración de las formas eucarísticas de las que se proveían las iglesias de la localidad. «Las hacíamos a media noche, cuando nos levantábamos a las dos de la madrugada para rezar Maitines, porque no le tenía que dar la luz». Sor Concepción, que fue testigo en su momento de la desaparición del torno y las rejas de la clausura, también lo ha sido del adiós definitivo.
Fonte: http://www.laverdad.es/murcia/yecla/201602/03/yeclanos-despiden-emocion-monjas-20160203013718-v.html
Monseñor José Manuel Lorca Planes presidió este lunes la eucaristía de despedida en la iglesia del monasterio. En la misma dio las gracias a Dios por los frutos del paso de las concepcionistas por Yecla y animó a las religiosas a permanecer fieles a Dios en sus nuevos destinos».
La madre abadesa, Sor Concepción Gómez Fernández, natural de la pedanía de Ribera de Molina, lleva toda su vida contemplativa en la localidad del Altiplano y tiene una idea muy clara de lo que ocurre: «únicamente pasa que las chicas no se deciden por consagrarse a Dios para siempre, porque no saben lo que es eso. Hemos quedado cuatro hermanas solo y para que la comunidad pueda tener su vida de consagración a Dios hemos decidido, con mucho dolor, trasladarnos a otro monasterio de hermanas concepcionistas».
Sor Concepción, que lleva 70 años entre los muros del convento yeclano, asegura que si tuviera que volver a elegir una vida religiosa «volvería a vivir en la clausura monástica y contemplativa». La madre abadesa recuerda que «al principio era muy distinto y el Concilio Vaticano II dio mucha luz para cumplir con el carisma fundacional de dedicación a la oración contemplativa y al servicio de Jesucristo, imitando su humildad y su amor a los hermanos».
Trabajo en textil y aparado
Además, indica que en la época que llegó a Yecla, las monjas se dedicaban a bordar, trabajos magníficos en casullas y ropa litúrgica, preciosos ajuares, mantelerías y juegos de cama, refajos de labradora para las Fiestas de San Isidro, «después fuimos aparadoras de zapatos, cosimos vestidos de muñecas y durante diez años, hicimos la comida para los niños de la guardería que estaba anexa al convento..., han sido tantos años que hemos hecho casi de todo».
Tan afamados como sus bordados eran los exquisitos trabajos de encuadernación, así como la elaboración de las formas eucarísticas de las que se proveían las iglesias de la localidad. «Las hacíamos a media noche, cuando nos levantábamos a las dos de la madrugada para rezar Maitines, porque no le tenía que dar la luz». Sor Concepción, que fue testigo en su momento de la desaparición del torno y las rejas de la clausura, también lo ha sido del adiós definitivo.
Fonte: http://www.laverdad.es/murcia/yecla/201602/03/yeclanos-despiden-emocion-monjas-20160203013718-v.html
