DIARIO DE TERUEL
El convento de las monjas Concepcionistas de Calamocha ha cerrado, tras 317 años de existencia. El monasterio de las monjas de clausura Concepcionistas se fundó en 1690. La falta de vocaciones que relevaran a las tres únicas Madres que vivían en el Convento y el estado de salud en que se encontraban las monjas es lo que ha obligado al cierre del monasterio. El cierre del convento ha sido muy sentido en la localidad, dado el cariño que profesaba la población a sus “monjitas”, que vivían de los bordados y de la pequeña pensión que recibían.
El miembro de la directiva de la cofradía Ecce Homo de Calamocha, Jesús Blasco, explicó que en los últimos 8 meses habían muerto cuatro monjas y que sólo quedaban tres con edades muy avanzadas y estado de salud en precario. “Han aguantado todo lo que han podido por permanecer en Calamocha, pero cuando se tiene más de 80 años y estaban como estaban no tenían otra solución que marcharse y lo han hecho al convento más cercano, al de Miedes, que curiosamente es el monasterio del que vinieron las primeras monjas cuando se fundó el de San Miguel en Calamocha en 1690”.
Jesús Blasco añadió que el día de su partida, el 2 de marzo, fue muy triste dada la relación que ha tenido Calamocha con sus monjas, que a pesar de ser de clausura siempre han estado muy presentes en la vida social. Blasco, que recogió por las monjas hace una veintena de años el premio Batallador que otorga la Peña La Unión de Calamocha, recordó las visitas al convento de los niños que comulgan, de los recien casados, de los quintos que recibían un escapulario, o del parbulario que crearon. “Los niños de hace una cincuentena de años hemos aprendido las primeras letras en el parbulario de las monjas”, destacó.
Esta relación de las monjas Concepcionistas con Calamocha se vio reforzada por el trabajo que realizaban para ganarse la vida. Blasco resaltaba que las monjas bordaban como los ángeles. “Hacían mantelerías, ajuares, colchas e incluso lavaban las ropas más delicadas. Sus trabajos eran tan buenos que su fama llegó fuera de la provincia. Tenían manos de monja, nunca mejor dicho”, afirmó.
Del cariño que ha tenido y tiene la población de Calamocha hacia sus monjas de clausura, cuenta Blasco que hasta el alcalde republicano, Mariano El Quinto, durante la Guerra Civil del 36 velaba por ellas montando guardias.
El convento de las Concepcionistas de Calamocha también es la sede de la cofradía Ecce Homo, imagen que sale en la procesión del Viernes Santo y que este año se desarrollará como siempre aunque esté el monasterio cerrado. La imagen del Ecce Homo está muy enraizada con el monasterio de las monjas y con Calamocha.
Lo que en Calamocha se descarta es que el monasterio se vuelva a poder reabrir dada la escasez de vocaciones. Con el cierre del convento de las Madres Concepcionistas es el segundo que se produce en Calamocha, puesto que a mediados del siglo XIX lo hizo el de los Frailes Franciscanos, que llegó a ser hasta seminario. El convento de las Concepcionistas, con más de tres siglos de presencia en Calamocha, llegó a tener hasta 22 religiosas. El monasterio, que cuenta con huerto, es propiedad exclusiva de las propias monjas.Una reseña histórica
La revista Xiloca del Centro de Estudios del Jiloca se ha hecho eco en dos de sus números de la historia del convento de las Madres Concepcionistas en Calamocha. Los articulistas son el sacerdote Jerónimo Beltrán y el historiador Emilio Benedicto. En el ensayo de Emilio Benedicto se recoge que el convento de Calamocha está ligado a una fundación creada por Miguel Jerónimo López de Ontanar y su esposa Martina Anento a finales del siglo XVII. “El matrimonio no tenía hijos y su patrimonio había llegado a menos a causa de que Miguel Jerónimo era muy aficionado al juego. Su esposa le urgía para que entregara las fincas al convento, ya que tenía miedo de que las perdiera
ADIOS A NUESTRAS "MONJITAS" | *** ROLDE JILOCA ***
04-04-2007
