setembro 19, 2013

Santa María cumple medio milenio.

 

Nuevos datos apuntan a la presencia de las concepcionistas en Cádiz en 1513

 

Santa María cumple medio milenio

Entre las personas destacadas que lo habitaron destaca la poetisa Gertrudis de Hore

A veces la historia resulta tan caprichosa como sorprendente. Tanto, como para que pasado y presente parezcan entrelazarse, se hagan guiños, cuanto menos, paradójicos. Probablemente, ninguna de las 2.000 personas que el pasado 10 de agosto decidieron contribuir económicamente para la restauración del Monasterio de Santa María con la Noche Blanca sabía que su acto generoso se estaba produciendo justo 500 años después de la primera constancia documental de las concepcionistas en Cádiz. Quizás, desconocían que, por aquel entonces, en 1513, ya la ciudad fue la primera interesada en contar con un convento de la Orden de la Inmaculada Concepción. Sí conocía el dato sor María Luz Suárez, abadesa de Santa María, que en la distancia del Monasterio de la Piedad, vivía la coincidencia como algo más que eso, como una señal de que Cádiz sigue estando con Santa María.

Concretamente, la historia de las concepcionistas en la ciudad tiene su origen el 4 de julio de 1513. Esa es la constancia documental más antigua que se conserva en los archivos del Monasterio. En un viejo libro de protocolos se habla de un antiguo tributo Gracia de Argumedo sobre unas casas en la calle Sopranis. Un dato descubierto por la historiadora Federica Morand que, desde hace años, estudia la amplia y compleja historia del Monasterio de Santa María.

Los primeros indicios

Precisamente, en este análisis ha encontrado dicha documentación que lleva a corroborar científicamente la presencia de las monjas concepcionistas en la ciudad, antes de que la comunidad recibiera la donación de la iglesia de Nuestra Señora del Arrabal, hecho que se produjo el 5 de abril de 1527, considerada como la fecha fundacional. Por tanto, en ese año la primitiva comunidad de las concepcionistas ya estaba en la ciudad.

De hecho, se sabe que la primera fundación se produjo en un periodo de vacante del obispo de Cádiz y que, en un primer momento, se les cedió la iglesia de Santiago. Una constancia que, a su vez, adelanta el momento a 1510, momento en el que probablemente hubo vacante. Posibilidades que sí encuentran arraigo en esta fecha concreta descubierta por Morand, 1513, que arraiga aún más su título como el convento más antiguo de la ciudad.

Este es uno de los descubrimientos que la historiadora francesa ha realizado en estos años de investigación no exentos de sorpresas y novedades. La andadura oficial de las concepcionistas en Santa María arranca en el citado 1527 (ya que no existe constancia de si en 1513 ya estaban en esa zona de la ciudad aún residían en las inmediaciones de la iglesia de Santiago). Su presencia hizo posible que el barrio al que daba nombre la ermita se fuera ampliando y consolidando, pese al asalto angloholandés de 1596 en el que el convento quedó destruido.

La aventura en las Américas

No fue óbice ése para que la vida de Santa María siguiera su curso. Ya venían de un siglo XVI en el que el convento fue testigo de la expansión de las concepcionistas a Nueva España. Y es que Santa María fue también el punto previo a zarpar a una aventura americana en la que esta comunidad estuvo a la vanguardia en lo que a la fundación de conventos y educación se refiere. Tal y como explica Morand, «fue entre 1536 y 1540-1541» cuando esta congregación se convierten en la primera orden en fundar en América, concretamente monjas procedentes de Salamanca. «Como pasaba con los hombres, antes de zarpar, descansaban y esperaban el momento oportuno en el único convento que por aquel entonces tenían en la ciudad», puntualiza la historiadora. Sería este el origen de una relación de Ultramar, atestiguada en el patrimonio (con cuadros como el de la Virgen de Guadalupe) y en una historia rica en nombres y anécdotas.

La vida del convento siguió su curso con diversos sobresaltos. Entre el siglo XVIII y XIX se vieron obligadas a abandonar el lugar hasta en seis ocasiones. Lo mismo ocurrió en el asalto que sufrió en 1931, que acabó con diversos destrozos. Una vida entre la contemplación y los sobresaltos de la vida exterior jalonada de nombres tan importantes como Gertrudis de Hore, 'la Hija del Sol', una poetisa y erudita autora de obras místicas, después de verse obligada a vestir el velo. Su vida (1742-1801) y paso por el convento hace sombra a «otras ilustres hijas de Cádiz», como Suárez las suele llamar. Nombres como el de la madre Clara (abadesa entre 1924 y 1945) que redactó toda la historia del Monasterio. Apellidos como De Ory, vinculados a Santa María en la persona de la tía de Carlos Edmundo de Ory, monja concepcionista. Un pasado que incluso llega a la Gitanilla del Carmelo, amiga de las monjas y algunos de cuyos libros aún conserva la comunidad. Un pasado cuajado de fechas, historias y nombres que ahora, con la contribución ciudadana está más vivo que nunca. Más fresco que antes, pese a que el convento esté envuelto en la decrepitud de la ansiada de la rehabilitación que haga posible que las monjas regresen a Santa María. El origen de medio milenio pasado, el punto de arranque de otros 500 años más para Santa María.

Avé Maria Puríssima !

Santa Beatriz da Silva

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