Antes de empezar a escribir algo de lo vivido en África en mi reciente visita a nuestras hermanas de Akonibe, quiero hacer un poco de historia de cómo surgió este Monasterio, el primero de la Orden de la Inmaculada Concepción en ese gran Continente.
Antes de empezar a escribir algo de lo vivido en África en mi reciente visita a nuestras hermanas de Akonibe, quiero hacer un poco de historia de cómo surgió este Monasterio, el primero de la Orden de la Inmaculada Concepción en ese gran Continente.
El 26 de septiembre del año 1986 salieron de España, siete hermanas Concepcionistas Franciscanas de distintas comunidades y llegaron a Guinea Ecuatorial el día 27 del mismo mes, fecha oficial de la fundación. Era entonces obispo de la diócesis, Mons. Ildefonso Obama, siendo después arzobispo de Malabo.
Ya en el año 1991 empezaron a entrar las primeras vocaciones guineanas. Los primeros años, mientras acondicionaban un poco la morada, las hermanas no tenían clausura, colaborando en la pastoral de la parroquia, hasta que se inauguró en junio de 1997 el Convento con una solemne Eucaristía presidida por el Señor Nuncio Mons. Esquissisrinni acompañado de los obispos, sacerdotes y varios misioneros y misioneras de las diversas congregaciones que trabajan en Guinea Ecuatorial.
El Monasterio está ubicado en la región continental, en la provincia de Wele Nzás, distrito de Akonibe, muy cerca de los límites con Gabón, en la diócesis de Ebibeyín, dentro del poblado y en plena selva, relativamente cerca de los escolapios, que las atienden espiritualmente.
En mayo de 1995, se produjo un incendio y el fuego redujo a cenizas el monasterio. Fue un momento de duro discernimiento para las hermanas, entre marcharse a un lugar más cercano a laciudad de Bata o quedarse en Akonibe; pero se decidió quedarse en este pueblo, en donde se inició la fundación. Con la ayuda de la Orden y de otras congregaciones, se pudo levantar un monasterio más sólido y más adaptado al estilo de vida contemplativa. Este hecho del incendio marcó ya la historia del convento en un “antes de la quema – después de la quema.”
Hna. Celina Arranz
