maio 06, 2013

Academia de niñas Oaxaqueñas

 

 

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La educación de las niñas comienza en Oaxaca con la llegada de los frailes dominicos, las enseñanzas del evangelio iban dirigidas a todos los indígenas hombres y mujeres, niños y niñas. Solo hay datos concretos sobre la educación de las niñas hasta la segunda mitad del S-XVI, cuando los conventos de monjas se ocupan de este tipo de educación. El primer convento se instauró en 1576 y se llamó de la Madre de Dios y de Santa Catalina de Sena, fundado por el ilustrísimo Bernardo de Alburquerque O.P., luego en 1592 Fray Bartolomé de Letona fundó el convento de monjas concepcionistas Regina Coeli. Estos conventos recibieron "niñas educandas" en sus claustros las que fueron educadas durante toda la Época Colonial, a pesar de que rompían con las reglas de clausura que debían de tener las religiosas. No existen datos sobre cómo ni cuántas niñas se educaron en estos conventos

De acuerdo con la investigación de Josefina Muriel, Juan Gómez de Tapia dejó aproximadamente en el año 1630 cierta cantidad de dinero para fundar un colegio de niñas en la ciudad de Antequera, se encomendó ejecutar la obra a Antonio Rendón, administrador de bienes de difuntos, quien compró las mejores casas que pertenecieron al tesorero Francisco Ochoa de la Rea, pero como los bienes no fueron suficientes Rendón tuvo que poner de su propio peculio ($500) para completar la cantidad. Para 1646 ya estaba concluida la obra, esto se sabe porque el obispo de Oaxaca Bartolomé Benavente acusó al tesorero de malversación de fondos, lo hizo responsable de la pérdida de la hacienda del Colegio y le pidió que le entregara a Alonso Jiménez y a Alonso Carriaga, los regidores de Antequera, todos los papeles, escrituras y recaudos del colegio, como Rendón no lo hizo, le mando a excomulgar y lo removió del puesto de tesorero de bienes de difuntos. Rendón inició un pleito argumentando que el obispo no lo había nombrado tesorero, por lo tanto no lo podía remover del cargo y que por el contrario él había puesto de sus propios bienes lo que hacía falta de dinero. Después de cinco años de litigio en los obispados de Oaxaca en donde se perdió, luego de segunda instancia en Puebla, el pleito terminó en 1651 en México de manera favorable para Rendón. Lo malo del asunto es que la actividad del colegio se estancó por esto y por la muerte del obispo meses después. Más de 30 años después el obispo de Antequera Ysidro de Sariñana dio $6,000 pesos y fue con Fernández Fiallo quien puso $11,000. Con este dinero ya funcionó el Colegio hasta el terremoto del 22 de agosto de 1696. En esa fecha el convento de los franciscanos se derrumbó y el obispo ordenó que las niñas pasaran a vivir y a educarse al convento de la concepción lo que se hizo hasta que los frailes desalojaron el colegio. Todo lo referente al colegio siempre estuvo a cargo del episcopado excepto en lo referente a las maestras quienes nunca fueron monjas, solo mujeres laicas casadas, viudas o solteras.

Jorge Fernando Iturribarría (Oaxaca en la historia de México) dice que la vida del colegio continuó tranquila mientras Benito Juárez fue gobernador, sobre todo porque él y las autoridades eclesiásticas, tenían un especial interés en el desarrollo intensivo de la educación en el Estado.

En 1852 Benito Juárez impulsó la moción ante el Congreso para instaurar en la capital un colegio gratuito de educación de niñas:

"La instrucción de las mugeres se ha dado en los pueblos del estado, en los mismos establecimientos que sirven para la de los hombres. En ellos aprenden a leer y a conocer los primeros principios de la moral cristiana, quedando el resto de su educación e instrucción al cuidado paternal. Lo limitado de esta enseñanza y el peligro que ofrece por la reunión de jóvenes de distinto secso, ha obligado al gobierno a ocuparse del remedio; pero en sus circunstancias le ha sido imposible dividir en todas partes los establecimientos y sistemar la instrucción de los hombres con separación de la de las mugeres. Sin embargo, á costa de mucho empeño de las autoridades subalternas se ha conseguido en alguna de las principales poblaciones, se erijan estos importantes establecimientos que han dado ya los mejores frutos. En la capital cada día se siente más la necesidad de establecer uno que abrace todos los ramos que forman la completa y esmerada educación é instrucción de una muger; pues los particulares que ecsisten, servidos por recomendables señoras, y el público que sostiene el Escmo. Ayuntamiento, no son ya suficientes, ni llenan dignamente su elevado fin. Formar á la muger con todas las recomendaciones que ecsige su necesaria y elevada misión, es formar el germen fecundo de regeneración y mejora social. Por esto es, que, su educación jamás debe descuidarse. En tal concepto, y para que la población reciba la mejora inestimable de tener un plantel de instrucción para el secso débil, seria de apetecer que el cuerpo legislativo autorizara al gobierno para hacer todos los gastos indispensables, y solicitar de señoras instruidas y de buena moral que con la suficiente remuneración se encargaran de regentear el establecimiento. Solo de este modo puede alcanzarse tan alto beneficio. La iniciativa número 5, que en pliego separado se adjunta con la letra E, es relativa a este asunto; y aunque por si misma se recomienda, no creo inútil interesar en su pronto y buen despacho el patriotismo del cuerpo legislativo, asegurándole que el establecimiento ecsistiria ya, si el gobierno hubiera tenido facultad de hacer los gastos. Diversas propuestas se le han hecho de señoras de la capital de la república, y aun del estrangero, para servir este encargo; pero el gobierno ha reservado su resolución definitiva para cuando pueda disponer del primer elemento que al efecto necesita: teniendo adelantado este paso, resta solo que proporcione el ausilio; y esto es lo que de nuevo recomiendo". (Memoria de Gobierno, 1852, Biblioteca AGEPEO).

Esta propuesta, se vio cristalizada al mes siguiente con la publicación del decreto 11:

"El Gobernador del Estado de Oaxaca a sus habitantes, sabed: que el Congreso del mismo ha decretado lo siguiente.

Decreto núm. 11.- El Congreso Décimo Constitucional del Estado Libre y Soberano de Oaxaca ha tenido a bien decretar lo siguiente:

Art. 1º. Se establecerá en la capital un colegio de educación de niñas, sostenido por las rentas del Estado.

2° Tendrá un preceptora, una subpreceptora y una moza para el aseo, con las dotaciones anuales siguientes. La primera, ochocientos pesos, la segunda quinientos y la tercera ciento. El gasto de edificio y menores del establecimiento se pagarán del tesoro público.

3° La preceptora y subpreceptora serán nombradas por el gobierno, deberán ser mayores de 25 años, de notoria honradez y de instrucción en las materias que según el reglamento que forme el gobierno, deban enseñar en el establecimiento. La moza será nombrada por la preceptora.

4° El gobierno organizará este establecimiento luego que las circunstancias del erario lo permitan y expedirá el reglamento que corresponda.

Lo tendrá entendido el Gobernador del Estado y dispondrá se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento. Dado en el palacio del congreso de Oaxaca a 14 de julio de 1852.- Víctor Modesto Villafañe, diputado presidente, Francisco Rincón presidente del senado.

Por tanto mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento. Palacio del gobierno del Estado de Oaxaca, julio 15 de 1852.- Benito Juárez.- A D. Manuel Ruiz"

Y lo comunico á V. para su inteligencia y fines consiguientes.

Dios y Libertad. Oaxaca, julio 15 de 1852

Ruiz". (Fondo de Instrucción Púbica, Sección escuelas y colegios, Serie academia de niñas, Legajo 1, Expediente 1, Año 1852, 3 ff, Fondos Documentales AGEPEO).

El hecho anterior sucedió por la aparición de las leyes de reforma que surgieron debido los problemas político-económico-religiosos, ya que con estas leyes apareció la Ley de Desamortización de bienes. Esta ley privó al colegio de sus bienes, a pesar de ser una institución de laicos (maestras) y para laicos (niñas) pues su relación en cuanto a dirección con el obispado y el hecho de ser sus bienes corporativos hizo que se le aplicase todo el rigor.

Lo que pasó de 1852 a 1866 queda para la investigación de nuestros queridos lectores. 14 años después del decreto No 11 de Benito Juárez, otro gobernador oaxaqueño, el general Porfirio Díaz emitió su decreto del 2 de diciembre de 1866 y volvió a dedicar el edificio a cargo del Estado. El secretario de Díaz, Félix Romero estuvo a cargo del proyecto. La iglesia no funcionó más, el edificio dejó de ser albergue del Colegio de niñas y se convirtió simplemente en la escuela oficial bajo el título de Academia de niñas para iniciar su funcionamiento el 15 de enero de 1867. Es interesante la apertura que se refleja en uno de los artículos:

"La academia recibirá en sus clases, á todas las niñas que deseen instruirse, sin distinción de países ni origen";

Fue así, como inició actividades esta Academia de Niñas en 1866, con un reglamento de 1867.

Los cursos comenzaban el primer día útil de cada año y la matrícula quedaba abierta en la Dirección de la Academia hasta el 15 de febrero.

Para ingresar las niñas debían tener por lo menos 5 años de edad y ninguna podría matricularse en una cátedra sin haber cursado y sido examinada de las materias de las anteriores; la matricula se perdía por 30 faltas consecutivas o 90 interrumpidas sin justa causa. Las boletas eran expedidas por la Directora, y se daban premios según el desempeño.

La enseñanza se daba en 7 años, divididos en dos clases; la primera se dividía en cuatro años bajo el orden siguiente:

• Primer año: Cátedra de lectura y principios de escritura inglesa;

• Segundo año: Lectura, escritura inglesa, principios de moral y bordado en canevá;

• Tercer año: Escritura, gramática castellana (análisis gramatical), aritmética, moral universal y bordados en blanco;

• Cuarto año: Segundo curso de gramática castellana (análisis gramatical), aritmética, escritura (dictado), dibujo lineal, canto (solfeo) y costura.

La segunda clase se dividía en tres años:

• Primer año: Ortografía y gramática castellana (análisis lógico), francés, dibujo natural, música (piano), flores y otros trabajos de mano;

• Segundo año: Segundo curso de francés, primero de inglés, dibujo natural, música (piano) y bordados;

• Tercer año: Segundo curso de inglés, geografía, historia universal y particular de México, música y tejidos. Todas las lecciones se daban diariamente.

Las obras que servían de texto en la Academia de Niñas, las designaba la Directora al principio de cada año de acuerdo con el Director de Instrucción Pública.

La academia abría sus cátedras de 8:00 a 13:00 horas y de 15:00 a 17:00 horas, advirtiéndose que de ninguna manera se darían lecciones en la noche.

Los exámenes comenzaban en el mes de noviembre de las 9:00 a 12:00 horas y de 15:00 a 17:00 horas, avisándoles a las alumnas con 15 días de anticipación.

A dichos exámenes concurrían la Comisión del Instituto compuesta de un presidente y un secretario nombrados por el director del mismo, la directora, los sinodales nombrados para cátedra y el profesor del ramo. Las actas las extendía y autorizaba el secretario nombrado, firmándolas el presidente, la directora de la academia y los sinodales.

Dos sinodales examinaban a cada alumna por un lapso de máximo media hora, excepto en escritura y costura donde la evaluación era por medio de trabajos. Al terminar el examen se llevaba a cabo una votación para determinar si se aprobaba a primero, segundo o tercer grado, o si se reprobaba, adjudicando a la alumna más destacada un premio.

Respecto a las funciones del personal, la directora le atañía llevar la correspondencia oficial; nombrar y remover con aprobación del Gobierno, a la subdirectora y al mozo de aseo; autorizar las nóminas de sueldos y gastos menores del establecimiento y anotar en ellas las faltas de los empleados para que se hicieran las deducciones correspondientes; firmar las actas de exámenes; hacer cumplir las determinaciones del Director de Instituto y de la junta directora relativas a la Academia; cuidar de que se conserve el orden y moralidad en el establecimiento, y de que los catedráticos y demás empleados cumplan exactamente con sus obligaciones; concurrir diariamente a la Academia de 8:00 a 13:00 horas y de 15:00 a 17:00 horas; despedir del establecimiento, de acuerdo con el Director del Instituto a las alumnas que fueren incorregibles; dar lección de lectura, escritura, moral, costura, bordados, etc., pudiendo comisionar a la subdirectora para que de las lecciones que juzgue convenientes; llevar tres libros, uno de matrículas, otro de exámenes, y otro de la correspondencia oficial; enviar a la Secretaria del Instituto el primero de marzo de cada año, una noticia pormenorizada de las matrículas expedidas con expresión de los nombres de las matriculadas y cátedras que cursan; corregir por medios prudentes las faltas que cometieren las alumnas; tener a su cargo el archivo de la Academia, entre otras.

La subdirectora era la segunda persona en el mando de la Academia a quien por tal carácter se le debía respeto y obediencia, reasumiendo todas las facultades de la directora en defecto de esta, siendo uno de sus primeros deberes substituirla en sus faltas accidentales o temporales.

Los catedráticos, debían asistir diariamente con puntualidad a sus respectivas cátedras; recibir a las alumnas que se les presentaran, considerando como matriculadas; presentar anualmente exámenes a las alumnas que tengan la aptitud necesaria; asistir a los exámenes de sus cátedras, asistir como sinodales cuando fueren nombrados por el Director; tener un libro en que consten sus discípulas matriculadas, anotando sus faltas para exigirles el tiempo de cursos; dar cuenta a la directora de las faltas graves de sus alumnas en el cumplimiento de sus deberes, para que las corrija de la manera que juzgue conveniente.

Por lo tanto se puede decir que efectivamente las alumnas debían asistir diario a sus respectivas cátedras, cumplir con las lecciones que se les asignare, sustituir a los catedráticos de la primera en los casos en que la subdirectora se los pidiera y no cometer faltas graves, ya que de incurrir en una pena serian castigadas de acuerdo a su edad.

Para que una clase fuese abierta era preciso contar mínimo con ocho alumnas, pudiendo continuar con solo dos; las vacaciones se daban justo al concluir el año civil.

En el Fondo Instrucción Pública contamos con importantes testimonios que dan evidencia de las actividades y el funcionamiento de esta Primera Academia de Niñas, del nombramiento en 1866 de Guadalupe Orozco y Enciso como directora y sus razones para aceptar el cargo solo temporalmente; del por qué Soledad Salgado preceptora en 1967 que ganaba 30 pesos solicitó el "se le exima del rebajo de tres pesos del sueldo que disfruta como preceptora de la academia de niñas"; de la mesa y silla blancas que mandó José María Castro de la Tesorería General de Instrucción pública en 1868 como mobiliario, y de muchas cosas más. Invitamos a los lectores que soliciten más información al respecto, visiten nuestras instalaciones en Santos Degollado #400 Col. Centro

 

Fonte:

Avé Maria Puríssima !

Santa Beatriz da Silva

As Irmãs a seguir

Campo Maior - Portugal

Espanha - Galeria _ Fed. Sta María de Guadalupe

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Brasil - Galeria _ Fed. Imaculada Conceição

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